En...


...el trascurso del infinito está nuestra historia cosida por nuestros pasos. 

No mires atrás, pero nunca olvides lo que recorres.

Así me imagino de vieja, hablando sentencias y contando chistes malos. Con miles de libros que recomendar, con cientos de canas que relatar y con las arrugas de mis manos haciendo creer a mis nietos que me las hizo un mago para esconder cuentos fantásticos.
y él conmigo haciendo bizcocho, tierno, dulce y sin empalagar.







Mirando al mar


Sé que algún día, pensaré lo mismo y sentiré mejor.

Sin lo que agita, sin el énfasis, sin la circunstancia...

Sé que algún día, como cada día.
Pensaré lo mismo y sentiré mejor.





Razones cónicas de una perspectiva.



¿Alguien cuenta el tiempo que no existe? 
 ¿Y qué tiempo es ese?
Supongo que el de los demás.






La gran naturaleza.

La elección de la palabra,
la fuerza de su presencia,
el canto sordo de su compás,
su distinción elegante,
su expresión indefinida en el conjunto de sus semejantes,
su precio barato,
su cirugía precisa de una razón,
su emoción,
el mensaje incierto de su interpretación,
su hermosa cercanía,
su lamentable sin razón,

Palabras, latidos de las cabezas.
Adoro su expresión, la fuerza de su coraje, su álgebra inalcanzable, la metamorfosis lírica de su sabor, su esfuerzo, su tremenda definición de lo que somos, su corrompida manifestación de lo que hacemos.
Palabras...grandes diosas de causas y efectos, cuchillas que quiebran letargos ocultos de silencios, pinceles que devoran matices hermosos, palabras fundidas en el calor una presencia, palabras que lleva el viento,
palabras,  eternas cocidas a fuego lento que queman con su relieve de trasmisión,

...Palabras.


Otra historia.


A veces las palabras se me traban en los dedos, de tantas que tengo. 
Y es que están unas cosas y luego las otras. Y entre unas y otras ocurre en ocasiones que  no me encuentro ni la posibilidad, ni el motivo suficiente, ni las ganas.
Y los días cuentan sus horas a su ritmo y otras al mío en este infinito que no existe.

El tiempo es como la arena que cojo entre mis manos y se fuga por las rendijas que dejan mis dedos, cayendo a mis pies.




La estanquera me mira detrás del mostrador con su corte de pelo a lo francés; fabricado en Fuenlabrada y su talla ciento veinte de orangután.
Seguro que estoy exagerando me digo mientras relleno el hueco de la pantalla y le pongo énfasis al asunto.
Muestro indiferencia mientras miro los colores de los paquetes todos con la perfección del coloque en sus estantes de madera. 
Me toca mirarla el gesto de suficiencia y pedirla el vicio.  
Estoy exagerando, me digo. 
No es posible que la caiga mal a fuerza de mis visitas periódicas. 
No me conoce y la única diferencia que tenemos, aparte del gesto y la talla, fue el momento "Barrio sésamo" cuando conversamos sobre la diferencia entre "Largo y ancho" del papel. Y todo porque dije "Estrecho".
Estoy segura que no fuma, casi estoy muy convencida que ese es su problema.
El próximo día se lo voy a preguntar sólo por sentir mi gesto de suficiencia y su cara de sorpresa.

Si me dice que no, la preguntaré...y ¿Cual es tu vicio inconfesable?
Así la próxima vez que vaya quizá entienda que la he cambiado un todo por un nada y seremos amigas de gesto y anónimas de vida.




Hoy

Los oídos no me oyen, la garganta no me expresa, el viento me vuela las ideas (N. a 34 Km/h) y otra vez es Lunes.

El caso es que yo quería saludar al mundo de manera efusiva, una frase elocuente y con gracia, un algo con movimiento e insinuación, un quizá seguramente lleno de motivos y serpentinas, una ingenuidad chula, un no sé poderoso y firme, un...
Algo que arranque sonrisas.
Escarbar en el hueco de eso que es tan serio, porque es muy serio y que inviertas en una palabra mía un trocito aunque sea chiquinino diminuto de un poquito de sonrisa.

Y me retuerzo las neuronas a la vez que me pulso el ombligo, pero el pulsador de frases geniales debe ser que está estropeado porque no sale nada.
Sólo salen cosas cursis tipo: "te voy a dar la piruleta de mis pupilas para que veas mundo de colores" o "Te presto el arco iris de mi boca para que te pasees por sus colores".
Así que dejo el texto aquí porque dicen que con la intención basta.





Y aquí el concepto:

Alfa centauri

Me jode el anónimo consuelo y el amor que no tiene nombre. 


Te esperaba en la mesa comiendo mis uñas y sin mirar el reloj. 
Aquél rincón de madera me hacía compañía. Escribía en la retícula de las tapas duras con el temor de que no pasara el tiempo y me quedara enganchada en aquella hora antes y no aparecieras nunca.
Pero eso jamás ocurrió.
La tranquilidad con la que dejé de escribir y coloqué libro y agenda, fue pura hipocresía. Estaba tan nerviosa que las palabras y las cosas se agolparon en la tensión de mis muslos, plantándome los pies en el suelo, para hacer lo que exigía mi sentido de lo común.
Comerte la boca sin dejarte hablar mucho para que no se estropeara nada.

Y así exigimos el paso del tiempo. Envueltos de miscelánios que mirándonos los ojos se quedan en precisos contundentes y en ganas definitivas.





Y el gusto en el tema está, en que no te pareces a nadie que haya podido conocer y eso marca la diferencia entre las múltiples razones del hecho simple de que somos hombre y mujer.
Y da lo mismo si el pliego de condiciones es tan largo como el punto de unión de las paralelas aximétricas, porque por ahí hacemos cabriolas y los giros. 
Además he de reconocer que eres el epicentro de mi sísmico, que se humedece cada vez que te piensa y se embriaga cada vez que te ve.
Te soy tan fiel que me faltan las letras para ponerte los cuernos y tan infiel que me empalago yo misma con el ansia que me suscitas.
No me digas que es un error ceñir mi mundo al eje de tus pupilas, dime si acaso que es un engorro que mis letras sean tuyas y un privilegio que pose mis armas en las grietas de tus rendijas. 
Soy muy consciente de que el mundo está en mis pies y el poder en mi sonrisa, pero me cansé de chupar sustantivos masculinos en pie de guerra con la disculpa de buscar mi incógnita y la verdad de mi biología.

Y mientras en el mundo que cubre mis canas, la sin razón a un suspiro de mi, luchando por algo que me dicen no entender. Quizá porque no es la libertad que yo grito, por mucho que sea la que necesite. 


ÆA.



Música: BSO de RocknRolla


A veces

(repito últimamente mucho el "a veces").







A veces me enfado tan despacio y tan bien, que me doy miedo de tener razón.  Y cuando eso sucede espero encontrar los cero coma segundos que me saquen la carcajada de mi cerebro y me den el mensaje de error.
Además escuché en una peli que cuando estás enfadado el CI. (Coherencia interna) te baja un 20% y yo me lo creí.
Y tengo tantos motivos para enfadarme como tantos otros para sonreír.
Y en la elección siempre está el gusto.



Una cifra y ciento doce palabras.

Despierto, respiro, evalúo, estado de ánimo.
Sonrío, café, escritorio,
tabaco, papel, filtros, zippo.
Música, humanidad, política, lectura, fluidos, amor, ¿Dónde, cómo, qué? Respirar profundo, me preocupo, todavía no, luego si acaso.
El tiempo que no me alcanza, el beso que mando metido un byte, llegará...
Para hoy: ¡Qué se lleve bien todo el mundo!. Tanto por ciento de posibilidad: Ninguna.
Jo.

Limpieza, orden, control, rock and roll, el qué hacer, las sábanas, olor, roce, agitación, piel, contracción, pensamiento, desorden, babas, fluidos...suspiro, se escapa, suspiro, se evapora.
Creación, pensamiento, paz.
Silencio.
Escultura: Fugit amor
Escultor: Rodin


Pronombres personales

Yo no me alcanzo
Tú me sujetas
Él mira
Ella mira
Nosotros volamos
Vosotros transitáis
Ellos murmuran 
Ellas con ellos 






Música: BSO del Laberinto del Fauno

http://www.maggietaylor.com/
http://en.wikipedia.org/wiki/Maggie_Taylor

Entremedias

No recuerdo el día que me alejé del campo de las margaritas entre el si me y el no me, seguramente cuando encontré y descubrí del todo, que el mundo era de suma importancia y añadió mi mente por cortesía, que también imbécil.
Y ésto debió suceder allá cuando no recuerdo.

El caso es que no sé de que quiero escribir y cómo siempre ni siquiera sé porque lo hago, pero el párrafo es chulo y la pantalla está blanco. 
Mejor excusa no hay y ganas, ni mas, ni menos. Entonces es cuando creo que será un entremedias y quizá el título muerto de un texto que da pié pero no encabezado.

Lo peor de todo es que ni siquiera he soñado nunca, que a base de ambición, lectura y ganas encontraría la capacidad suficiente para escribir una novela, y no porque no me gustase la imaginación, es que no hay historia en mi cabeza que sea de suficiencia larga y de método continuo, con grandes personajes del énfasis de la existencia que puedan tener enfrascado al lector en las frases del relato.
Si bien es verdad que de tanto evento de las letras he llegado a pensar porque estos sí y yo no, también he llegado a la alegre conclusión que el ego no me alcanza y que sí no me hago rica, qué para que el empeño. Y peor aún, que llegado el caso, la inspiración me daría para nada más que para una, y alguno añadiría que y nada menos, pero el menos para mi no es suficiente.

Un blog es otra cosa, que tampoco estoy muy segura para que sirve porque huyo de los comentarios masivos, del protocolo de actuación y del lametón tertuliano de los chupa tintas del besito y del abrazito.
Siento de verás si hiero alguna sensibilidad estúpida pero yo soy yo y vosotros otra cosa.
Voy a releer porque no sé por dónde me voy y dónde quiero llegar. Y si me afilo, corto...

Pero es que, en este caso en concreto, a ningún sitio, ¿Habéis salido alguna vez a pasear sin querer ir o llegar, a un sitio en concreto? Pues esto es lo mismo.
El escribir por escribir.
Del todo divertido, del todo entretenido.







En el color del blanco.

Si me quiero reír del mundo es porque no tiene gracia ninguna, o ni puta gracia.
Me abro los paréntesis que me dan sabor y locura, y los que me ofrecen los elijo.  


Tenía la cara desencajada y los nervios en la médula, había llegado al colmo del desánimo. Menos mal que el día siguiente amaneció dorado por dentro y azul por fuera.
La pesaba la arena de los bolsillos y allí sentada en la sala de espera, tan sola a pesar de estar acompañada pensaba de nuevo en su sentido, sin poner en duda su dirección.
"Si cuando sea vieja del todo me quedan fuerzas, me voy a aplaudir con las arrugas". Me dijo con la chulería del ocho y su ánimo extremo mientras fumábamos en la calle con frío en las manos y calor en la razón.
Justo en ese momento un coche con cuatro personas hizo que se olvidara que estaba pensando, estando en urgencias la aterraba el hecho de que pudiera aparecer alguien con la cabeza abierta y llena de sangre, pero sólo era una familia que se bajó del coche dejando sola a la abuelilla que sin duda era la enferma, ¡Joder, qué pena!, miró sus ojos y se dio cuenta que no existía, no tenía gesto de dolor y se olvidó.
Cuando por fin se metió en el cobijo de las sábanas, el cansancio era tan duro que se apagó, pero antes de desenchufarse no pudo evitar pensar que eso de que dios aprieta pero no ahoga...era pura poesía y con un gesto impreciso que pudo ser una sonrisa, se quedó enchufada al consuelo del día de siguiente.


Ciencia futura

No sé que día es hoy, ni que hora es. No tiene importancia que sea Lunes 15 de Enero del 2025 y el maldito despertador pite las siete de la mañana. 
Sin tiempo para despertarme me enfundo en los vaqueros, me pongo la camiseta blanca, las camperas, me lavo la cara, los dientes, me cepillo la melena que recojo con un palo y salgo zumbando.





Cuando abro la puerta no hay nada, es una nada asombrosa, no está, no existe, ni se ve, ni se oye, ni se toca, es tan asombrosa que no se puede describir, no tiene color, ni espesura, ni matiz, ni textura, ni adjetivo, ni definición, ni nomenclatura. 
¿Cómo se describe la nada absoluta? No lo sé, no lo puedo saber...pero la quiero escribir, palpar y empalmar.
Silencio.
Si salgo me vacío, si me quedo me voy a despertar.



Reflexiones thumorísticas sobre ciertas heces.

Otra vez ha amanecido porque no me he muerto.
A veces imagino que en vez de despertar voy a morir sin darme cuenta, con lo que me cuesta estar callada y que a pesar de ello, no se entera nadie en tiempo. 
Cuando me encuentran, huelo tan mal y tengo tantos gusanos y moscas, qué alguien dice ¡Vaya mierda!.
Más tarde cuando se me escapa el humor negro. Me pongo triste, porque aunque digan que vienes solo al mundo y te vas igual, no debe ser lo mismo morir acompañado. Y no hace falta máximas entendederas, ni un hipermaster del universo en teología filosófica del ser para entender que estoy diciendo. Sólo un poco de humor, qué esta jodido de tener en estos tiempos de "sumisión y cobardía"*. (reflexiones sin escribir sobre que hacer al respecto de la chulería nacional de ciertos elementos con mucha palabra y poca obra, incluida la propia)
Ésto es chanza, porque pillar un lanzallamas para cargarme hijos de puta, no está entre mis objetivos inmediatos, además:

  1. ¿De dónde saco un lanzallamas?
  2. ¿Puedo con el? porque debe pesar mucho
  3. ¿Voy en transporte público o en coche propio? 
  4. ¿Por cual empiezo? 
  5. ¿Cuanto tiempo puedo ir por la calle pasando desapercibida?
  6. ¿Con un lanzallamas se deshacen los leones?
  7. ¿Cuantos años de cárcel tiene eso?
  8. ¿Solucionaré algo o sólo se verá como el desahogo de una mujer que estaba hasta las glándulas mamarias, de los bancos, de la crisis, del que si qué, de que no qué?
  9. ¿Seré una héroa o sólo una trastornada? Por supuesto llegado el caso querría mi hueco de gloria.
  10. ¿Me ayudaría alguien?
Y así puedo estar siete días y siete noche, cómo dios (lo digo por la comodidad del escritorio) y hasta el infinito y más allá...

Lo que más me jode de todo, qué siempre acabo pensando qué las próximas elecciones votaré, aún sabiendo que llegarán las siguientes y no lo haré.
Y haciendo reflexiones que no genuflexiones...
Algunos crucificarían si pudieran a todos los votantes del PP...
Lo que no deja de sorprenderme es si alguno se ha puesto a pensar que harían con todos esos que no votamos, qué no votamos a ningún partido quidicir...que aunque parezca lo mismo no lo es. 
Porqué puestos a pensar de ¿Quién es la culpa?, qué estos simpatizantes y creyentes del trabajador esclavo y del pobre tonto de camisa raída y alpargata de la de antes pidiendo a la puerta de las iglesias, estén gobernando. ¿De quién?


La simetría del contratiempo

Te enfadas por la rendija de la persiana porque no te llega el sol, y te encojes en un rincón suspirando la incomprensión de tu locura.
La  asombrosa capacidad de ser por encima de todo. El bien y el mal que te haces por el afán orgulloso de reconocerte en el espejo cada mañana al despertar.
Encontrar tus palabras, desarrollar el contenido, brozar con cautela el desperdicio de lo que te aflige. 
El dolor de cabeza que te centrifuga las neuronas, las agujas afiladas de un reloj que no escuchas, la búsqueda de la sonrisa.


Pues mire hoy no, hoy no quiero sonreír, me voy a revolcar en mi mierda y chuparme el virus a ver si me enveneno.  
El crecimiento personal de los errores, la suma incondicional de los ánimos, las idas y las venidas, las alegrías y las penas, el verso, el reservo, el verbo y el silencio. 
El azul del cielo y el blanco de la nieve de las montañas, el latido del músculo vital, y su poderosa sincronía. 
La neurona que te zumba y zumba... y mientras contigo mismo en el laberinto que te supones. 

La hora de despertar, la hora  de escribir, la hora de pensar, la hora de amar, la hora de comer, la hora de salir, la hora de follar, la hora de defecar, la hora del ánimo, la hora del desánimo, la hora de la noticias, la hora de la película, la hora de estar. 
La hora, el minuto y el segundo hacia la rebeldía, la pleitesía de ser. 
Un gramo de conciencia soberana sin ánimo de lucro. Un encuentro fortuito con el don de la palabra, una desilusión de tu cabeza, un barrido de cordura, un mamá difuso que te saca de la pantalla...
de un texto más, de un blog más, de una persona más, del infinito, el infinito, el infinito, el infinito...

¿Qué importará cuando hayamos muerto?

Triste teoría de una razón.

Leo con los ojos quebrados, que en Grecia un pensionista se ha dado un tiro en una plaza para no morirse de hambre y sí de protesta.

Y no es cuestión de hacer comparaciones con los negros famélicos ni teorías de las revoluciones.
El hecho es triste y patético, porque ni uno, ni tres mil pensionistas matados cambiarían ni una sola determinación de los crápulas de las teorías de la salvación que viven con el ego empalmado de sabiduría económica y con la nevera a rebosar de luz, agua, gas y los etcéteras nutrientes.
Y lo de este señor sí era crisis.
Y lo de este señor, más tantos otros sí debieran ser los disturbios.
Y los mandados de casco y porra hacer un pasillito de "bocas cerradas y manos llenas" a todos esos alumbrados que llevarán de nuevo a Grecia a la cuna de la civilización.

Y de Espana no hablemos que se me ha borrado la Ñ. porque además siempre habrá un listo de la palabra que te dirá que por creerte el país la maravillas que te/nos vendieron y trabajar diez putas horas por un televisor de plasma y una casa de 90 m2 mínimo eres el culpable de la crisis y si no el neoliberal asalariado que se cree empresario y no vulgo de proletariado para decirte que la reforma laboral es el edén de los trabajadores y no la esclavitud del 21.
Porque siempre se ha sabido que sólo los de izquierda son trabajadores esclavos y los de derechas trabajadores cualificados...



El sentimiento bastardo de un mal menor.

Atrapados entre el silencio y el grito,
sólo queda el respirar.




Los ojos de María.

Mientras el sol calentaba su cuerpo y pelaba las patatas en el patio trasero de la casa, se puso a pensar en todas aquellas historias de mujeres maltratadas.
El miedo, la sumisión, las lágrimas, los golpes...
Al comprar el pan en la mañana, la panadera una vez más, atendía con un chichón en la frente y un arañazo en el cuello. 
No podía soportar la tristeza de aquellos ojos. La miraba fijamente mientras pedía la hogaza de siempre y rogaba que en vez de decir un euro dijera. Ayúdame. 
Pagó, dijo: "Mañana estoy aquí de nuevo, María" y se marchó con lágrimas en los ojos.
Al volver Matías que cómo siempre estaba enfrascado en su que hacer diario de "La novela de los tiempos fugaces" se percató de su infinita tristeza. 
Sonrisa de mi pupilas ¿Qué te sucede? 
Luz pensó que aquél hombre al que adoraba y cambiaba cada uno de sus vacíos en llenos, había perdido el don de la palabra con tanto afán de poesía. Y que si le contaba el sucedido, más que ayuda, hubiera visto inspiración en el pesar de la historia.
- Nada, sigue a lo tuyo. Un pajarillo apareció muerto en la alberca.
- Mujer, tu sensibilidad me enloquece.     
Matías beso su frente y volvió al delirio sus letras. 
Luz se fue al patio a redimir los pensamientos entre monda y monda y el olor de los calderos que se fugaban de la cocina.

La noche relevó al día sin más intención que el pasar del tiempo y sin recuerdo alguno de los ojos de María. 

A la mañana siguiente mientras caminaba de nuevo hacía la panadería, pensó en la muchacha,  pero ni ese día, ni ningún otro después, pudo comprar más hogazas.
En la puerta colgaba un cartel.

CERRADO POR DEFUNCIÓN.

Y nunca olvidó los ojos tristes de María.





Pasen y elijan:
http://www.aranjuez.ws/canciones-contra-la-violencia-de-genero-vt10835.html




La realidad críptica de las cosas

Las amigas clónicas me impedían el paso. Era lo más parecido a una anécdota que me estaba sucediendo a lo largo del día.
Lo que yo quería hacer era imposible y tenía tanta necesidad de ello que me resulta inútil  pensar en otra cosa y todo me aburría.
Esperé que abrieran la puerta, y al pasar dije "Hola".
Supongo que como mis gafas no hacían juego con las suyas, su consciente colectivo decidió que no era merecedora de tal ejemplo de educación y no me contestaron.
Estaba claro que hoy el aburrimiento era lobular total, me estaba dejando el cerebro cocido y el corazón en formato pixelado.
Cuando eso me ocurre tengo que hacer algo al respecto, porque si no los minutos son años y envejeces a una hostia espacial de velocidad de vértigo. 
Mientras caminaba y saludaba a todos los niños de un modo u otro que se cruzaban conmigo, llegué a la conclusión que quizá sólo fuera un día más para contar un día menos. De esos que tienen causa pero no efecto y aunque quedasen horas para que acabase no iba a suceder nada que me quitase esa sensación.
Y entonces:
Dos patos. Dos patos a su puta bola.

 Y cuando decido sacar la otra cámara, la de verdad,  para que se vea que son dos patos y no dos piedras y pienso como carajos han llegado ahí. Van y salen volando...




Un buen recuerdo

Los rayos del sol no me han despertado hoy, está nublado.
Domingo de un mes de un año de mi vida. El tiempo, el tiempo siempre girando. De qué iba hablar...no importa.
La semana santa, la reforma laboral, el paro, los listos, los tontos, las palmas y los normales.




Hoy es ¿Domingo de ramos? quiero volver...

Papá nos despertaba con el disco del gallo kiriko que era de color rojo transparente...kikirikiiiiiiiiiiiiiiiii.
Mamá nos daba algo para estrenar y nos compraban una palma. Por supuesto yo no sabía que significaba todo aquello pero me recuerdo feliz y contenta.
E incluso me recuerdo dando saltos por la calle jugando con mis hermanos.
Todo eso no se ha esfumado, está dentro de mi. Y yo a veces lo recuerdo.

Y papá ya no me va a despertar con el gallo kiriko ni a decirme..."anda chata,  haz las paces con tu madre", y ni creo, ni me creo el domingo de ramos de ahora con los etcéteras...

Pero de lo que sí estoy segura, muy segura. Es que puedo seguir dando saltos por la calle.
Sólo es cuestión del estado del ánimo.

Con especial devoción a:
Camilo, Margarita, Chiki y Carlos.






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