No sé cuando me nació el interés por las cosas, realmente me importa poco. Sólo vagaba por procesos peculiares, y en uno de ellos...me quedé.
El sumidero que no desagua, las gafas que perdí, el móvil, el lavavajillas que no funciona, el picaporte que se cayó del armario, las gafas que se pisaron, la taza que se rompió, la cerradura aquella vez, el gato en el descansillo, el olvido de ciertas cosas, importantes cosas... el bote de crema al suelo...ese desinterés por el mundo...
El razonamiento es sencillo. Cosas que pasan. Y la pregunta interesante. ¿Por qué pasan las cosas? y todo eso, mientras el gato en el radiador demuestra su falta preocupación por los alrededores y yo sigo fumando mientras mis pies quietos saben que pueden andar porque mi cerebro los manda.
