Aquello me dolió profundamente.
Ahí estaba yo, fuera de mi, dando manotazos histérica del todo, porque había perdido algo más que los nervios.
Al poco tiempo dejó de dolerme, me habían provocado demasiado y muy bien.
Me buscó, me encontró.
A eso reduje todo.
Lo que no perdoné fue esa insinuación por su parte, esa manipulación, esa mala baba.
Aquello de "...qué le diría tu primo para que ella se pusiera así"  me taladró las neuronas.

No había bondad ninguna en todas esas cosas.
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.