El mundo no gira tan rápido es la silla del escrOtorio que abusa de mí. Si quito las manos del tecleado me vuelo,
Aquél encuentro fue tan casual como a penas perceptible, a pesar de ello todavía sentía el gusto,
Realmente no sé si me duele la cabeza o es sólo que me va estallar. La segunda cosa solucionaría la primera,
Dicen que cuando te haces viejo, los defectos y las manías te pueden. Mi mayor ambición en ese ámbito es justo lo contrario. Supongo que me falta constancia,
La incompetencia de las hadas del bosque, la tenían del todo enfurruñada. Por allí por mucho bosque que existiera no pasaba ni una,
Es eterno el camino sin pisadas, como el tiempo derramado entre mis dedos agarrotados de tanto apretar,