¿De qué va esto?

En la barra de herramientas hay un más tú, que me está poniendo un pelín nerviosa por no hablar de la dificultad que conlleva escribir con las uñas recién pintadas. Es mi último entretenimiento.
Cualquier música sin ti, suena desafinada.



Tres consonantes y dos vocales mas para por Tres vocales y dos consonantes.

Aquél remanso de paz, estaba lleno de viborillas y alcahuetas. Algo incomprensible. 
Y por qué se sentía retratada en todas aquellas letras sin nombre, era él, eso era. Y no quería escribir más. Silencio.

El roce de sus pupilas, el olor de su piel, sus risas, sonrisas y sus medio sonrisas. 
Amaba el amanecer porque transitaba en la oscuridad. Amaba el atardecer porque revivía con la luz solar.   
Silencio.
Adoraba el silencio porque quería chillar un caos. 
Estaba seria; el filo de sus neuronas se centraban el tremendo poder de lo que sentía. Un nombre vikingo doblado en papel de colores que se repetía al revés en el borde de sus labios y mientras las deidades del mal queriendo romper el hechizo. 
Un te quiero siempre, un te amo todo.
Sentada en la roca más alta de la luna, mientras comía churros con chocolate y se limpiaba con la lengua los churretes y había acabado de tragar. Le preguntó seria muy seria.
¡¡Oyes,  pero tu crees! ¿Qué si no hay copulación cósmico efectiva se pararan las guerras del mundo, será la gente feliz, dejara el poder de dominar el mundo, e irán a la compra en Somalia?! 
No, no creo.
Entonces mojó su lengua en chocolate y le besó en gerundio.
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