Una cosa escrita...(Pasado cuatro)

La apetecible línea de un deseo se marcó en la sangre de mis venas aquella vez que no me las quise cortar. 
Es que me daba mucha pereza morirme en lento no fuera a ser que me arrepintiese.  Por no hablar de la asquerosidad y de la impresión que debe ser encontrarse a alguien blanco como la cera con las muñecas abiertas y más, y sobre todo por la mezcla de los átomos rojos con los del hidrógeno y del óxigeno. 

Qué la sangre es escandalosa más que ninguna otra cosa o grito o jolgorio. Lo del grito no lo tengo muy claro.

Osease, que si a mi me preguntan que es lo más escandaloso que conoces, debiera decir la sangre. Si me pregunta lo más escandaloso que has oído. A un hombre gritando, debiera decir sin lugar a mis dudas.

Y eso todo sucedió aquella vez que me dolía tanto mi mayor estupidez.





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