Las palabras comestibles.

Me había levantado...

Se había levantado enfadada; no sabía el sueño. Tampoco lo quería saber. A veces recordar era saber que.
Ella pensaba que no entendía, eso era una parte de su enfado.
Abril del 2009 y se quedó en esa fecha y en sus palabras. Eso sucedió un día.
Otro día asoció esas palabras a un correo y en asociaciones se perdió su amor.

Estaba enfadada. No tenía dudas.

De repente la imaginación la llevó a un gran banquete. Le había levantado la tapa de los sesos y degustaba con la elegancia de los tres dedos aquél amasijo.
¿Te gusta mi amor? Dijo él.
No. Contestó ella.
Y le dejó de hablar.
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