El ritmo de las palabras tullidas

A veces me siento desprotegida del todo.
Cuando echo de menos estar en tus brazos y tú también.
Siento el sin sentido más absoluto.

EL RITMO DE  LAS PALABRAS

No tenía sueño, ni hambre, ni ganas.
Ni ambiciones, ni inspiraciones, ni devociones, ni aficiones...
No es que fuera triste es que era peor...

Y se metió en una cueva. A lo salvaje, instintos primarios y...

Entonces te conocí a ti. 
Recuerdo la sonrisa de mi cara y la felicidad de mis entrañas por confiar en alguien. 
Sigo pensando que no fue un error, no es mi ego, no es que no asuma un error. Tengo una acumulación de ellos. 
...es que tu voz...parecías tan feliz como yo...tener tanto miedo como yo...tantas ganas como yo...

Bueno, tienes razón, yo no sería capaz de ciertas cosas, mi persona realmente no me importa en exceso, pero no tengo dudas que despellejaría con los dientes a cualquier sanguijuela carente de principios que hiciera daño a una las personas que quiero.

No le des demasiada importancia. El ovario me está dejando secas las neuronas y cuando eso sucede, ya sabes que solo queda el corazón y las vísceras; esas que tienes empeño por comerte con afán de envenenamiento. Qué no es posible, qué no tengo. 
Lo sabes. 
Tu empeño me irrita.

Lo bueno de las experiencias es que te puedes quedar con lo quieras, es decir...
Tu voz...parecías tan feliz como yo...tener tanto miedo como yo...tantas ganas como yo...
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