Yo no entendía aquello de morirse de pena.  ¿Cómo alguien se podía morir de pena?
De risa, sí. Porque te dolía la tripa y te lloraban los ojos. A veces tanto; lo uno y lo otro que parecía que te ibas a morir.
¿Por qué decían esas cosas los mayores?.
Me parecían tontos.
Más tarde o mucho más tarde, no sé. Me contaron que los Reyes Magos no existían. A mi me daba igual lo que me contaran porque yo había visto a Baltasar entrar por el balcón y beberse su vaso de leche enterito y no lo iba a olvidar por muchos años que pasaran.
Me parecían crueles.

Ahora, sigo pensando que son tontos y crueles.

Divina  Infancia.




Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.