Conclusiones cardíacas de una paranoia


Te levantas sin mayor ambición que la que te procura vivir metido en un cuerpo, respiras, cagas, meas y si el tiempo es propicio ¡¡Quién sabe!! lo mismo hasta piensas un poquito, más no. No se te vayan a fundir las neuronas y de tanto pensamiento te de un aneurisma cerebral o bueno, un llanto repentino y transparente que te recuerda, dónde estás, qué sin duda es mejor que el aneurisma y menos doloroso para tus queridos seres queridos.
Pero todo eso, incluso pueden ser sólo palabras que rellenan el espacio en blanco de un recuadro sin mayor pretensión que hacer que te des cuentas, qué sigues vivo, que la vida se respira y que tu jodida circunstancia es irreal por aquello de que no es imperecedera o dicho a lo simple, perecedera. Qué te mueres ¡Vaya! o mejor dicho que te vas a morir porque estás vivo. 
Y mientras tu cerebro le da vueltas a unas cosas, tu corazón a otras. Y no se te ocurra mezclar no vaya a ser que un pretencioso te diga que estás gilipollas por el simple hecho de ser persona.
Y es que entre los listos, los inteligentes y los tontos de babas. 
Estoy hasta las glándulas mamarias.

Pero a veces el simple espacio que ocupa una nota seguida de otra te cambia un algo y lo que parecía ser, ya no es por mucho que siga siendo. Y sin a penas darte cuenta una sonrisa quiere hacer de ti, algo sin conceptos, sin ideas, y sin pensamientos lógicos.
Estás sintiendo, estás jodido, y además sentir no se lleva al no ser que seas poeta.
Y en la prosa la ambición y en la poesía el sentimiento, qué lo sabe todo el mundo.

!Oh, por los dioses del byte¡ qué no he dicho/escrito que hoy es veintinueve de Marzo del dos mil doce, día de huelga general, en qué estaría yo pensando...


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Tema: "Paraísos Artificiales"
Albúm: "Paraísos Artificiales"
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