A mi querido y eterno.
La placidez del sueño te despierta. Y sin venir a cuento piensas en lo realmente importante y en la suerte que tienes.
El café y el cigarro y las nubes de cielo te acompañan y mucho más allá el calor personal e intransferible de la verdad más absoluta.
Entonces sientes lo que llevas y por fin te perdonas por buscar lo que necesitas y luchar por lo que crees.
Y te recreas en la causa y en el efecto, sonriendo mientras una lágrima virgen te acompaña en tu desnudez.
Eres mi respiro y mi causa mas noble. Prometo hacer honor, al amor que me procesas.