Cero coma segundos

Una verdad a veces te hace sentir vulnerable y es que a mí o es que yo. No sabía que lo que más me gustaba de todo era regalar sonrisas.
Pero si dicen. Es porque a veces es. Y es que nunca es tarde si la dicha es buena.
Chillar de políticas, de masas borreguiles, de religiones que piden y no dan, de injusticias, de colisiones del bien y el mal. Me desgata los dedos, me sube la indignación, los odios, el ánimo, y  sobre todo los adentros bonitos.


"La capilla parecía desvalida, el señor del alza cuellos arrastraba las últimas sílabas de todas las últimas palabras y no se le entendía. Las flores, el ataúd, el cuerpo presente...daros la paz...y es que besar por besar...una ventana, un órgano sin acústica, un pino y dos pajarillos...una luz nublada...poesía en estado puro y de repente la necesidad de salir de allí."
"Un rectángulo imperfecto, hojas de agujas verdes, el fondo de gris azulado, un pajarillo de aleteo incontrolado, un mirar, un ahora, dos pajarillos en vuelo libre, un sentir,  una sonrisa..."
"(...)
y de repente la necesidad de salir de allí."   


Él le había dicho algo así como disfruta, sal, pásalo bien y ya me lo cuentas a la vuelta. Menuda necesidad era aquello. Si se concentraba podía visualizar cada segundo  y de vez en cuando pensaba porque el tío ese se había escondido entre los setos.
Durmiendo la despertó una verdad absoluta que no podía recordar y se enfadó con él porque quería abrazar de seguido y en carne. A pesar de ello, sonrió.
Tres eran tres las personas importantes de su vida, lo supo cuando el relato cobró la forma adecuada para cada uno de ellas. Sin precisiones, con sentimiento. 
Estaba encerrada en el tiempo pero salia al espacio. A veces sola y casi siempre acompañada no lo tenía nítido transparente.
29 entradas no eran muchas si se ponía a pensar que podía multiplicarlas por cien, sentir por mil y dividir entre uno.
Era el Ta, todo el rato y sin parar.
Se quería quedar a mirar el amanecer todos los días pero el sueño la vencía cuando el sí levantaba la comisura derecha de sus labios finos y sus ojos chispeaban con magia brillante de fuegos artificiales.
Tequila. Uys¡ Pensó y se fue a dormir con más y sin menos.
...quizá la próxima entrada debiera titularse "Blues a la carta".


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