¿Malas mañanas?

Me he levantado gracias al despertador. Me he agobiado mucho por una gestión que pensaba tenía que hacer hoy pero no es hoy,  es otro día. Suspiro.
Me quiero dar un tiempo que ya se me acabó. Vuelvo a suspirar.
Me tomo el café tirando a amargo e intento sonreír por algo. No me sale. De nuevo suspiro.

Miro los alrededores, esperando que una barita mágica haga mi trabajo. Nada. Ni el lápiz, ni el palo que a veces me recoge el pelo, parecen tener más utilidad que la propia. 

De repente no sé el cómo, ni indago en el por qué, una sonrisilla, esa que me tuerce ligeramente el labio aparece mi rostro, no tengo espejo pero no hace falta, me lo noto, me lo noto.

Pienso en las personas que quiero y en las que me quieren a pesar de mis múltiples fallos (Momento tierno sin merengue) En mi padre, en mi padre...
Sonrío de nuevo y dejo de suspirar por fin. Por cierto hace unos años escuché o leí que cuando suspiras echas fuera un pesar o algo así, no sé...
Sonrío y dejo de suspirar, menos mal que no quiero hiperventilarme...que te entra más aire del debido y te mareas. No sé...

De repente paro de escribir y mi cerebro se va a las verdades absolutas...el mar es mar y el cielo y es el cielo...cosas así. Sonrío.
La noche y la oscuridad  a veces te juega malas pasadas, son cosas que pasan. 

No puedo cambiar lo que soy. Es imposible. Y vuelvo a sonreír.
Os deseo buenos y maravillosos días...y cómo siempre digo que tengo poderes algo os llegará.

Y yo sonrío.

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.