Siempre esperaba algo más...
Sentada en el quicio de los objetos con los pies colgando y con balanceo o tirada en el sofá con los pies hacía arriba apoyados en el respaldo mirando el techo.
Había aprendido a diferenciar su seriedad de su aburrimiento.
Buscaba con microscopio en las gotas de su sudor bacterias y bichos diminutos que eliminar por puro entretenimiento y cuando se ponía triste pensaba en lo que de verdad es triste sin poderlo remediar para volver a sonreír.
Tenía algo pendiente de escribir similar a esto que no terminaba nunca porque no quería escribir papá y que siempre acababa borrando.
- Poema sin cobertura.
Sin duda esa vez, era la única que había estado tan cerca de la muerte.
Todo estaba cómo si tal cosa, incluso él. A pesar de esa pequeña y sutil mueca de su boca.
Aquellas manos, le habían dado de comer, cachetes, caricias...sus labios valores, reproches, besos...
Su familia estaba con él.
Él con su familia en el sillón de plácidas siestas de las tardes, sus zapatillas en sus pies.
Le miraba, no está durmiendo, no está durmiendo.
Su mano fría despedía una calidez absoluta y mi cabeza la mezcla del no puede ser pero es.
Ahora eres las cenizas que se llevó el viento y los recuerdos de mi mente y mi corazón. Nunca te tuve tan cerca.
No era malo pero tampoco bueno, tampoco le importaba pero no era lo que buscaba, era aquella sensación de que escribiese lo que escribiese todo se iba a quedar corto, pequeño, insuficiente.
Cambio de registro y se imagino una persona hombre sonriendo al otro lado de la pantalla de manera natural. Lo sentía tan cerca...las lágrimas quisieron asomar en su rostro pero décimas de segundo después estaba sonriendo porque una gota de sudor le caía por debajo de su pecho izquierdo. Con un dedo recogió el sudor propio queriendo examinarlo. Miró su dedo, no había nada, se había evaporado.
Miró entonces a su alrededor...
Silencio. Un espectacular y sonoro silencio.
Y entonces se dio cuenta de que escribiese lo que escribiese todo se iba a quedar corto, pequeño, e insuficiente...
No era malo pero tampoco bueno, tampoco le importaba pero no era lo que buscaba, era aquella sensación de que escribiese lo que escribiese todo se iba a quedar corto, pequeño, insuficiente.
Cambio de registro y se imagino una persona hombre sonriendo al otro lado de la pantalla de manera natural. Lo sentía tan cerca...las lágrimas quisieron asomar en su rostro pero décimas de segundo después estaba sonriendo porque una gota de sudor le caía por debajo de su pecho izquierdo. Con un dedo recogió el sudor propio queriendo examinarlo. Miró su dedo, no había nada, se había evaporado.
Miró entonces a su alrededor...
Silencio. Un espectacular y sonoro silencio.
Y entonces se dio cuenta de que escribiese lo que escribiese todo se iba a quedar corto, pequeño, e insuficiente...
* Por algún extraño motivo la foto se sube en esa posición. Así se queda.
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| Diciembre 2008 |
