El patio de mi casa es particular.

El sonido de la realidad me cruje las neuronas. Una banqueta es arrastrada por el solado gris de la casa. Mis nervios se tensan.
Silencio.
La oscuridad de  la ventana me traga y las  pequeñas luces difusas que son naranjas me recuerdan lo pequeños que somos. 
En punto concreto, se ve la oscuridad más absoluta, no hay edificios, ni la luz más diminuta, ni nada...es alucinante, embriagador...

¡Cómo el agua de la piscina! Está calentita porque todo el día da el sol, ¡Ya me gustaría que fuera el mar!  Si me pongo a pensar que todos tenemos un nexo de unión con la naturaleza ¡El mío sería el mar, no tengo dudas!.
El caso es que esta tarde después de la siesta no estaba yo para muchos énfasis, había salido del cursito con dolor de cabeza y lo que menos me apetecía era la estupidez natural de la piscina de una comunidad de vecinos, pero pensé que eso sería mejor que quedarme en casa escuchando la AK-47 o el monosílabo doble de mi persona.
Cómo me encuentro en estado de neutralidad, mi estado de este mes no se ha convertido en pena profunda , si no en el enfado de la certeza del grado de estupidez de ciertos individuos de la especie que es del todo compensado por la compañía de ciertas personas del todo agradables y más cosas.
El enfado se convierte en sarcasmo y el sarcasmo en risa.
Y cuando el agua se queda en paralelo con el cielo porque está vacía de niños, de padres, de parejas y de cualquier individuo de denominación de origen tipo 2ºA, 2º B, etc... 
Me tiro...compuesta de leche caliente, huevos, canela, aguardiente, azúcar y algún otro ingrediente...




Charlie Winston " My life as a duck"
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