Literatura de grado cero.

Día 5 soy feliz y sonrío, bajito y sin mucha fuerza pero sonrío. Ayer bebí demasiada esperanza, ilusión, y olvido

Rastrojo infame este vacío que nació de la intensa sensación de que sigues conmigo.  

Ojalá nunca me hubieras dado conciencia de tu existencia. 
No sé para ti, pero para mi todo sería más fácil. 
No tendría que tropezarme con todos los recuerdos que me has dejado cada vez que me despisto.  Siempre lo haces,  apareces sin que te llame y creo que en ese momento empiezo a echarte de menos. 
La corriente, esa jodida corriente que nos arrastró. 
Ya no tengo dolor, se quedó en la cornisa de la ventana de aquella habitación de hotel que daba a un patio interior. Te esperé toda la noche, dormida...cuando desperté y no estabas supe sin ninguna duda que nunca volverías. 
No lloré, ni me sentí triste. Te olvidé. Tres polvos de mierda, me dije, no fue más. 
Yo sólo quería verte y que me explicaras tú conducta. Y sobre todo saber que estabas bien, estabas bien...
Cada vez que sé que no vas a volver. Siempre me quedó pensando el por qué de tú conducta y como sé que no la hay,  te vuelvo a olvidar sabiendo que la próxima vez que aparezcas sin que te llame te volveré a olvidar.
No me puedo permitir el lujo de...
Perdóname.
Tu mente es un prodigio, entiende que a eso no quiera renunciar, sería una estupidez. 


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