El gato.

El gato era una cosa linda y pequeña muy pequeña que llegó a casa de un campo del Norte.

A mí no me gustan los animales, (es que no les entiendo). Y a pesar de ello he tenido también una perra que quise mucho. 

Ahora es grande, loco y excesivamente cariñoso a veces. Y otras, excesivamente gato. Es lo que suele pasar, ¡Claro!
Se sube de repente a mis piernas mientras escribo y eso me altera. 
Si se pone muy cariñoso le doy mimos. Si se pone agresivo-felino le bajo rápidamente añadiendo una serie de improperios muy razonables en esa situación: "Putogato" 
Es un gato culto cómo podéis observar y bastante razonable. Lo sé porque cuando le salpico con un fru-fri de agua enseguida atiende a lo que le digo. 

Nunca le hago carantoñas tipo "ayayayaya qué bonito es mi Nike*" porque no es un humano y porque me parece una gilipollez que no me sale ni aunque haga esfuerzo. 
Pero me gusta acariciarle, e incluso de vez en cuando darle algún besillo en la cabeza. 
*Nike es su nombre.
Loco Bajito y yo tuvimos varias discusiones al respecto del nombre, porque a mí ese nombre...me pareció capitalista y tal....luego pensé en el significado y se me pasó sin más. Además era su gato. Y qué podía hacer yo si lo rescató él de un prado gallego dónde estaba hambriento y abandonado...


El caso es que Niki es parte de la familia y ésta es su entrada.

Ésta también y creo que algunas más que no me apetece buscar.
Tengo un sueño que quiero ampliar acurrucándome entre las sábanas y no puedo esperar, no vaya a ser que se me pase.

Efg.


Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.