Nimia sutileza


Se sentía tan pequeña y la vez tan grande... 


¿Cuantas palabras se necesitaran para contar una historia? Pensaba con los pies colgando y el ceño fruncido en el alto de  aquél murete, dónde el tiempo era  su amigo y su soledad su compañía. 
Y Aparco el término pensar en el borde de una nube esperando que le entraran las ganas del irse.



Intentó tomar el aire con las manos hasta que un día se percato de que sólo se podía respirar. 


A partir de ese momento comenzó a ser feliz.


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