sin causa y con æfecto.

El descendiente directo brama con su amigo y yo me descompongo. Mientras o la vez, respiro hondo pensando que el claroscuro es mi momento...mi luz, seguramente porque amanereces serenos y lúcidos pocos muy pocos o tantos como veces caí y me levanté.
Y de repente recuerdo que de pequeña tenía estrella pero se me olvidó ponerle un nombre.  
Siembra y recogerás o algo así muy parecido...al no ser que venga una tormenta y te lo joda todo pero siempre puedes volver a sembrar para volver a recoger. Los pobres de espíritu lo tienen fastidiado a ese respecto y yo no tengo culpa.
Y es que no puedo con los gritos, no los soporto. Criterio, el dichoso criterio. El más importante el mío sin duda. El siguiente todo aquél que me hace reflexionar. No me vale el que me lleven la contraria, eso me aburre y me desmotiva.
Mi hijo se debió tragar un megáfono o fue altavoz en otra vida porque si no, no me lo explico. De qué quería yo...hablar...de nada, nunca quiero hablar de nada...porque me gusta conversar de todo.
Y si algún día me ves seria no estoy enfadada es sólo que estoy pensando.
De qué iba la expresión, mi expresión...sí creo que era algo así  tal que ¿Por qué a la peña le molesta tanto que el prójimo sea feliz? El poso de la propia infelicidad nos hace injustos y estúpidos, más estúpidos...
¿Habrá algún cretino que muera pensando en lo maravilloso que es su coche o en los tres mil metros cuadros de su casa? Y en África ¿En que morirán pensando los desnutridos? Muchos dicen que el hambre es culpa de los gobiernos que son los responsables...pero yo creo que hasta que no tengamos conciencia verdadera...la culpa será de todos...
Y es que no se puede ser mordaz cuando el estado del ánimo está en el horizonte.

No soporto los gritos, jodidas casas de pladur.

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