A carcajadas.

"Nunca nada y siempre todo era el colmo del aburrimiento, porque cuando tenías todo, te decía nada y cuando dabas nada te ofrecía todo. Era el absurdo más absoluto de las relaciones.La inmadurez del género humano nunca, nunca deja de sorprenderme". Me decía mientras fumaba y perdía la mirada en las volutas del humo.
Yo no sabía muy bien como tomarme esas palabras y seguí pasando la aspiradora a ritmo de esa música infernal que me erizaba hasta los pelos de la nuca.





Cuando me di cuenta que me acaba de levantar  y de apagar el cigarro. Un viento gélido me paralizo el suspiro que iba a meter, de esos profundos de fondo. 
Y entonces me desbordo el sonido de mis carcajadas haciendo que cayese al suelo a la vez que el gato saltaba sobre mí.
Yo no paraba de reír y mi gato bonito no dejaba de mirarme con cara de interrogación interrogada.
Días después me dijeron que mis bolsillos estaban repletos de pastillas de colores de todos los sabores y todas de caramelos.
Claro¡ dije y de nuevo comencé a reír.
A carcajadas.

Obra de Christian Miani
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